Este sábado, a partir de las 10:00 horas, la Plataforma en Defensa del Tren Rural en Andalucía pondrá en marcha en la entidad autónoma local Bobadilla Estación del municipio de Antequera la caravana “Por el tren de mi pueblo” que recorrerá carreteras y pueblos del corazón de Andalucía, para reivindicar la mejora del transporte ferroviario y el aumento de los servicios en municipios de interior, y que también pasará por Fuente de Piedra, así como las localidades sevillana de La Roda de Andalucía y Casariche, donde finalizará en torno a las 14,30 horas.
Esta nueva acción de protesta ha organizado otras tres caravanas más hasta llegar a Córdoba, eligiendo un recorrido que, como apuntan, no es baladí. El objetivo es evidenciar cómo hay pueblos que cuentan con infraestructuras ferroviarias “en perfecto estado, electrificadas y con personal”, pero que no dan ningún servicio público a la ciudadanía. Y sin embargo, como destacan, podrían “facilitar la movilidad y garantizar la fijación de la población en los entornos rurales, contribuyendo a su vez a que se siga acentuando la emisión de gases efecto invernadero, mediante el uso de vehículos privados para los desplazamientos”.
En este sentido, ponen como ejemplo a la línea ferroviaria convencional entre Bobadilla y Córdoba, servicio de viajeros desde 2013: “es unos de los más clamorosos ejemplos de abandono del ferrocarril en Andalucía, habida cuenta de que sin necesidad de implementar inversión económica alguna se podría beneficiar a unos importantes núcleos de población y a sus vecinos, sólo con la programación de trenes que facilitarán los desplazamientos entre pueblos y comarcas hacía la capital cordobesa y hacía Málaga y la Costa del Sol”.
Tras la marcha hasta Córdoba, desde la Plataforma en Defensa del Tren Rural en Andalucía van a continuar señalando líneas andaluzas que consideran se deben recuperar para el uso ferroviario. “La emergencia ferroviaria en nuestra comunidad autónoma es de tal dimensión que las actuales infraestructuras ferroviarias convencionales existentes por todo el territorio tienen una dosis de uso ínfimas y en muchos casos sólo para los escasos trenes de mercancías, sin que se dé servicio de viajeros ni fomente la movilidad sostenible”, aseguran.