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de la comarca de Antequera

7 octubre 2024
20:00 CET
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Agroturismo: una alternativa para el mundo rural

Turista vareando olivo experiencia La Samiaja
Turista vareando un olivo en una actividad organizada por La Samiaja
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Hace ya más de 30 años, Antonio Córdoba pensó que sería buena idea para vender más aceite de oliva llevar a potenciales clientes a su finca en el término municipal de Archidona. Que pudieran comprobar cómo y de dónde salía, antes de que adquieran el producto resultante de la cooperativa. Hoy en día se diría que este olivarero, ya por aquel entonces, estaba dándole un valor añadido al producto. “Mi padre ya hacía oleoturismo cuando ni siquiera existía. Fue un pionero”, rememora María Jesús Córdoba Cano, gerente de La Samiaja y que hoy en día continúa el legado familiar, dando un paso más allá.

Estos productores han entrado de lleno en un sector económico que ha llegado al mundo rural para quedarse. Partiendo de su propio aceite virgen extra ecológico (AOVE), hace cuatro años comenzaron a ofrecer actividades para vivir en primera persona una experiencia alrededor de la cultura del aceite de oliva. Así, a las visitas al olivar que ya hacía la generación anterior, suman ahora explicaciones de la diferencia entre el cultivo tradicional y el ecológico, catas para conocer las características organolépticas del aceite y cómo diferenciar unos de otros. Asimismo, muestran la relación entre el ‘oro líquido’ y la cocina local, con maridajes y degustaciones. Almuerzos, y también cenas en verano, “siempre con el aceite como protagonista con platos típicos de la gastronomía archidonesa”. Todo ello en un cortijo andaluz del siglo XIX, ubicado en el Camino Huertas del Río, en una finca desde donde se ve la Peña de los Enamorados.

Cata aceite La Samiaja
Cata de aceites de La Samiaja

Las primeras experiencias las preparaban a demanda de clientes, aunque pronto vieron que había un nicho de mercado frente a ellos. “Cuando íbamos a la ferias de alimentación a promocionar nuestro aceite la gente nos preguntaba cómo se hacía, si se podía visitar la finca…”. Así que en La Samiaja se pusieron manos a la obra y convirtieron ese interés en una rama más de su proyecto empresarial. Hoy en día incluso personalizan la visita, completándola con actividades en el entorno de este municipio, cabecera de la zona Nororiental de Málaga (Nororma): senderismo, rutas cicloturistas, espeleología… “Nos adaptamos a lo que nos pidan: hay personas que nos han pedido celebrar un cumpleaños aquí con una cata y un almuerzo, y después flamenco”, cuentan.

Además, en el mismo cortijo tienen opción de alojamiento. En este este caso, entre quienes sólo eligen esta opción de turismo rural la demanda se centra en los fines de semana y los días festivos con puente, y más por parte de público nacional. Pero las visitas y actividades oleoturísticas, a pesar de hacerlas en cualquier momento, tienen más demanda durante la semana y mayoritariamente son extranjeros.

En el caso del Molino del Hortelano, en Casabermeja, los foráneos que los visitan son prácticamente 8 de cada 10 personas. Y llegan de todas partes del mundo: estadounidenses, japoneses, saudíes… “Hace un par de meses vino una familia canadiense y llegó con una tarjeta y se viene hacia mí. La tarjeta era mía y la traían para visitarme”, comenta Juan Cabello, responsable de esta empresa productora de aceite de oliva virgen extra.

La puso en marcha hace 15 años tras la compra de una finca y un antiguo olivar de Casabermeja. Al ser un terreno escarpado, tenía claro que la rentabilidad había que buscarla más allá de la producción. “Tienes que inventar algo que le dé un valor añadido para defender tu aceite”, admite. En su familia habían elaborado para un consumo más particular. Esta vez el objetivo era más profesional. Así que compraron un molino móvil moderno y lo instalaron en una finca que también comenzaron a reacondicionar. Poco a poco, a la vez que hacían su AOVE -y dar servicio de molino-, comenzaron a llegar las visitas, a las que les mostraban cómo elaboraban el aceite y rehabilitaban el molino. Gustaron y pensaron incluirlas en el negocio. “Una vez empiezas, tienes que hacerte algo más profesional. Nos preocupamos por ir a cursos tanto de fabricación del aceite como de oleoturismo, dando así una información pormenorizada, con más datos técnicos… El que viene se lleva una información profunda de cómo se hace el aceite, los distintos tipos…”, relata.

Las instalaciones del Molino del Hortelano, sitas en el Camino Real de Casabermeja, cuentan con un apartamento que incorporaron a su oferta el pasado año. Se han planteado ampliar las posibilidades de alojamiento, aunque, como reconoce Cabello, no va tanto con la actual filosofía de la empresa y prefieren centrarse en las visitas y la difusión de la cultura del aceite. Una labor, esta última, por la que recibieron en 2018 un premio en el foro Terra Oleum de la localidad jienense de Úbeda.

Pastoreo con cabras Cabrama
Pastoreo organizado por Cabrama

Un día entre cabras
Otra de las experiencias agroturísticas que pueden disfrutar en Casabermeja es ‘Ven a pasar un día con cabras y quesos’, organizada por Cabrama, la Asociación Española de Criadores de Cabra Malagueña. El punto de partida es la sede de la entidad, la Casa de la Cabra Malagueña. En la visita a este pequeño museo dedicado a esta especie autóctona se explican las características de este tipo de cabra, una de las mejores razas lecheras del mundo, y su importancia en la economía malagueña. En estas instalaciones, ubicadas en la antigua Casa del Alguacil de esta localidad de la comarca de Antequera, los usuarios también pueden disfrutar de una cata de quesos y conocer cómo se elaboran. La jornada suele terminar saliendo a pastorear, donde se les relata el día a día con el ganado y se enseña a ordeñar e incluso a tirar con honda.

En Cabrama también organizan una demostración culinaria con recetas que se pueden hacer con leche y queso de cabra, así como con productos derivados de la carne de chivo lechal. Además, ofertan la posibilidad de conocer queserías u otras industrias agroalimentarias del entorno y visitar una ganadería, donde incluso los más pequeños tienen la opción de dar el biberón a un chivito. Igualmente, la experiencia se puede completar con una visita cultural a lugares declarados Bien de Interés Cultural (BIC) de Casabermeja, como el Cementerio de San Sebastián, la Iglesia del Socorro o la torre zambra, con vistas a los Montes de Málaga.

Como reconoce, Toñi Trujillo, guía y responsable de turismo en Cabrama, el público que les visita es “muy variopinto”: desde gente del sector que van para saber cómo trabajan y conocer más sobre el mundo de la cabra malagueña; hasta personas que no saben nada de este ámbito y tienen curiosidad, pasando por familias que quieren tener contacto diferente con la naturaleza. Aproximadamente, la mitad suele ser público nacional y la otra mitad extranjeros, llegados de lugares como Reino Unido, Países Bajos o Polonia, y también de países sudamericanos e incluso de Canadá. Dependiendo de quienes les visiten realizan un tipo de actividades u otras, ya que trabajan tanto con agencias de viajes y touroperadores como con grupos de particulares. Además organizan jornadas concretas, uno o dos días al mes, donde se puede apuntar quienes lo deseen, a través de un correo de la web: turismo@cabrama.com.

Cicerones Rurales
La oferta agroturística de Cabrama también está integrada en la plataforma ‘on line’ de Cicerones Rurales, un proyecto que nació para aprovechar el potencial que tienen pueblos de la provincia para generar empleo en la zonas rurales. Comenzaron como curso gastronómico y potenciando el consumo de productos de cercanía y han ido dando pasos en los últimos tres años para convertirse en una red que aglutina nuevos productos turísticos, en su Guía de Turismo Experiencial de Málaga.

La Samiaja es otra de las empresas que está integrada en esta red. Entraron porque consideran que este tipo de portales pueden ayudar a dar a conocer su oferta, pero creen que a día de hoy aún queda mucho trabajo para mejorar la promoción por esta vía, especialmente a la hora de tener un buen posicionamiento en Internet. De hecho, admite que, por ahora, los clientes que llegan desde el ‘on line’ son los menos y trabajan fundamental con agentes intermediarios que traen los grupos como agencias de viajes o touroperadores.

Enoturismo Cortijo la Fuente
Visita a las instalaciones del Cortijo La Fuente, dentro de sus experiencias enoturísticas

Enoturismo
En la comarca de Antequera, la Guía de Turismo Experiencial de Cicerones Rural también propone otras experiencias, con actividades con la naturaleza y el mundo del vino como protagonistas. ‘Flamencos con Denominación de Origen’ es el nombre de una experiencia en la que se combina la observación de estas aves en la Laguna de Fuente de Piedra con una degustación de productos de cercanía y una cata de vinos elaborados por Bodegas Málaga Virgen en la Finca Vistahermosa de ese municipio.

En otra bodega de la comarca, la de Cortijo La Fuente, también tienen claro que el enoturismo está cada vez más en boga. Por ello desde hace cuatro años comenzaron a organizar visitas a su instalaciones en Mollina. Los usuarios tienen la oportunidad de conocer el viñedo y la elaboración de sus caldos, antes de disfrutar de una cata de cuatro vinos y unos aperitivos. “Es más que una visita. Una experiencia enoturística y todos nuestros clientes terminan muy satisfechos”, asegura José Antonio Palomo, gerente de la compañía. Como en el caso de La Samiaja, la mayoría de los visitantes les llegan por agentes intermediarios, con pocos casos, por ahora, de particulares que accedan a la promoción que hacen desde su propia web.

Promoción agroalimentaria y ayudas
Estas visitas también se convierten en otra vía para promocionar sus vinos, haciendo que los usuarios los busquen después en sus lugares de residencia. También, como no, con la venta directa tras la actividad. Así, ocurre con el AOVE del Molino del Hortelano, cuya producción la venden sobre todo en sus instalaciones, y de La Samiaja. “Después de una visita, de haber vivido cómo se recolecta, cómo se elabora y cómo se disfruta, la gente lo quiere tener; así que allí se vende muchísimo. Todo el que viene compra”, admite María Jesús Córdoba.

Para la delegada de Turismo de la Junta de Andalucía en Málaga, Nuria Rodríguez, es evidente que acercar a los turistas a esta industria, mostrando el proceso de fabricación, es una buena forma de darlos a conocer, “a la vez que diversificamos la oferta turística y damos valor añadido a nuestros destinos”.

Desde la asociación agrícola Asaja defienden el agroturismo como actividad complementaria. Entienden que agricultores y ganaderos son conscientes de esta oportunidad económica, pero ven por ahora que los márgenes de beneficio son pocos. “Al tener otra actividad se tienen que dar de alta en otro sistema de la Seguridad Social, en este caso en el Régimen General con otro código de cuenta… además, al no estar regulado esté sector se tiene que aplicar el Convenio de Hostelería, por tanto, en muchos casos supone mucho más trabajo que beneficio”, admiten. En este sentido, ven necesario más ayudas, en formación, asesoramiento, mejorando la conectividad de las zonas rurales en términos de infraestructuras, servicios tecnología digital…

Por una parte, en el marco de las ayudas de la Consejería de Turismo existe un apartado para recibir subvenciones destinadas a recuperar y poner en valor infraestructuras de carácter agrario o industrial en desuso, como silos, estaciones de tren, factorías… Y recuerdan que quienes estén interesados en concurrir a estas subvenciones deberán solicitarlas cuando salga la convocatoria de este 2020.

Por otra, existen líneas de ayudas que gestionan los grupos de desarrollo rural andaluces, como los que hay para las zonas del Guadalteba, Nororma y en la comarca de Antequera. En este último (GADL-CANT) esperan que durante el primer trimestre de 2020 pueda salir una nueva convocatoria con tres líneas de subvenciones. Entre ellas, una cuenta con 195.000 euros destinados a ayudas de empresas del sector turístico y mejora de la competitividad, para proyectos cuya actividad directamente impliquen un beneficio económico directo; por ejemplo, poner en valor un molino de aceite o un lagar vitivinícola, donde realizar visitas y catas. Otra línea dispone de 98.000 euros de apoyo a la promoción turística, para proyectos no productivos, como crear una guía o catálogos promocionales, páginas web, etc. Acogerse a un tipo de ayudas u otras dependerá de la actividad económica, el tipo de empresa, qué tipo de actuación se realizará, los beneficios que se van a generar, etc. Y, además de estudiar con la solicitud el proyecto individual, se analizará en conjunto con la empresa solicitante, como recuerda Mariluz Olmedo, gerente del GADL-CANT.

Alternativa económica contra la despoblación
Un aspecto muy positivo que ven en Asaja del agroturismo es que contribuye al sostenimiento de las estructuras locales, económicas y culturales, “con un gran potencial para garantizar la dinámica de las zonas rurales a través de la creación de puestos de trabajo”.

curso Cicerones Rurales MAD Antequera
Taller sobre Cicerones Rurales impartido en el MAD Antequera

Para alcanzar este objetivo, desde Cicerones Rurales también trabajan en la formación para incentivar el emprendimiento y desde hace tiempo colaboran con La Noria, el centro de Innovación social de la Diputación de Málaga. Y gracias al convenio que el organismo provincial tiene con la Obra Social La Caixa, organizan encuentros y cursos donde se debate y reflexiona sobre los recursos medioambientales del interior y se realizan dinámicas de creación de productos turísticos. Su último proyecto: ‘Cicerones Rurales: Slow Tourism Málaga’ con una decena de experiencias en la Axarquía y la Serranía de Ronda. Son iniciativas con las que, además, “defendemos un turismo que se haga de forma tranquila y respetuoso con el medio ambiente” para que, cuando el usuario participe en las actividades “se vaya concienciado”, como recuerdan en Cabrama.

Para la vicepresidenta cuarta y diputada de Innovación Social y Despoblamiento de la Diputación, Natacha Rivas, este tipo de actividades son fundamentales para trabajar directamente con los agentes del territorio y así fomentar la permanencia en el territorio, a través de estas oportunidades de emprendimiento. Un modelo emergente que, como subraya, contribuye no sólo en poner en valor los recursos locales, sino que también se convierte en un medio para luchar contra el despoblamiento.

En este sentido, Juan Cabello, del Molino del Hortelano, tiene claro que apostar por esta vía va a acabar siendo la única solución para la supervivencia de muchas explotaciones en el interior: “No es que puedan tener otra forma, es que es la forma para que los núcleos rurales salgan adelante, la única manera en que los agricultores puedan mantener la vida en el campo es ligándola a negocios de este tipo, no sólo con visitas, también ofrecer el producto con un valor añadido”.

Antiguo molino instalaciones de Molino del Hortelano
Antiguo molino restaurado en las instalaciones del Molino del Hortelano

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