“Por San Blas, las cigüeñas verás”. Es lo que dice el refranero español para la fecha de hoy, 3 de febrero, que en el caso de Antequera tiene la iglesia del antiguo Monasterio de San Zoilo, como epicentro. Pero sí hay también otra tradición que no falta en la ciudad este día son las cientos de roscas bendecidas que se venden en las panaderías locales.
Más de 11.000 han hecho en el obrador de la Panadería Santiago. La inmensa mayoría se hicieron para que ayer ya se pudieran comenzar a repartir en establecimientos de localidades cercanas, donde también es habitual esta tradición, y en aquellos con los que cuenta esta cadena en Antequera. Y hoy han terminado una producción que se remonta a los mismos orígenes de esta panadería local.
“Se han hecho desde siempre”, comenta Rosi Granados, que atiende en el establecimiento sito en la calle Cazorla, donde calculan que han vendido más de medio millar. Y en la Calzada, por ejemplo, calculan que las ventas han superado los dos centenares de esta tradicional rosca de pan. “Se venden muy bien. Hay mucha tradición”, reconocen en esta cadena de un producto que no han parado de vender durante toda la mañana.
Las roscas de San Blas suelen hacerse con un tamaño que ronda la veintena de centímetros de ancho y presentan más cuerpo y miga por uno de sus lados. Sin embargo, en la Panadería Santiago, además de tipo más clásico, también hacen otras de menor tamaño pensadas para los más pequeños de la casa, que suele también tener mucha demanda.
“Una tradición de abuelos a padres e hijos”
La producción varía fundamentalmente de la capacidad de los obradores y de la demanda que suelen tener los establecimientos respecto a años anteriores. En el caso de la Panadería de la Plaza de Abastos, los clientes ya les habían reservado más de 200, con lo que han decido hacer este año algo más de 300 en su Obrador El Artesano. Todas se han vendido.
“Hoy todo el pan está bendecido por el padre Antonio, de San Sebastián”, comentaba Carmen Narbona de este puesto del Mercado Municipal de Antequera a todos aquellos clientes que llegaban este mediodía y que se tenían que conformar con llevarse otras piezas, porque las roscas que les quedaban ya estaban comprometidas para los más previsores que las habían encargado.
Una de esas clientas es Inmaculada Torres, que un 3 de febrero más no quería dejar de pasar esta costumbre y, además, hacerlo en uno de los establecimientos con mejor pan de Antequera, en su opinión: “Es una tradición que pasa de abuelos a padres y de padres a hijos”.
Sin gluten
La demanda no sólo hace que algunos establecimientos agoten su producción de roscas de San Blas, sino que también hace que otras panaderías incluso apuesten por variantes. Por ejemplo, en Delicatesin, sito en la calle Acera Alta -junto al Mercado Municipal- donde llevan dos años haciéndolas sin gluten.
Este establecimiento está especializado en la elaboración de panes y productos pasteleros libres 100% de esta proteína que se encuentra en la semilla de muchos cereales como el trigo o la cebada y que genera intolerancias alimentarias. Así que, dado que “hay mucha demanda” de pan sin gluten en Antequera y por parte de clientes que les llegan de localidades cercanas, decidieron sumarse para que las personas celíacas también puedan disfrutar de esta costumbre. Y es que, la tradición, no tiene que estar reñida con los nuevos tiempos.
