La Junta de Andalucía había previsto pasar el próximo 1 de junio continuar con el proceso de desescalada en la región, dejando atrás la «fase de estabilización», pudiendo así mitigar un poco más algunas de las restricciones con motivo de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, el Gobierno autonómico ha decidido retrasar una semana la reunión del Comité de Expertos que iba a evaluar la situación y decidir sobre el pase a la «fase de avance».
Esto implica que las actuales medidas que se aplican a ámbitos como la hostelería o el turismo se mantendrán, al menos, durante una semana más. Y presumiblemente retrasaría el calendario previsto de entrada de la «fase de normalización», fechada anteriormente para el inicio del verano.
“La evolución de la pandemia es positiva aunque es más lenta de lo que nos gustaría”, ha manifestado este martes el consejero de Presidencia e Interior de la Junta, Elías Bendodo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno.
Desde el Ejecutivo andaluz se quiere mirar al verano con optimismo, pero como ha señalado, para ello “es imprescindible que sigamos siendo prudentes”. El motivo de este freno de la desescalada y, por lo tanto, seguir con la «fase de estabilización» es que no se ha conseguido aún bajar de los 150 casos de incidencia acumulada en el conjunto de la región. La media andaluza está en el nivel de los 164 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que la media de toda la provincia de Málaga es de 125,5.
“La pandemia no se ha ido, el virus sigue matando a muchísimas personas en todo el mundo. Tenemos que seguir muy alerta”, ha subrayado Bendodo en la comparecencia para incidir en la prórroga de la «fase de estabilización».
