Manuel Conde Caro lo tenía claro: quería ser empresario y buscaba un negocio que le pudiera dar la satisfacción de ser tu propio jefe y hacer un producto que le gustara a la gente. 25 años después, lo que comenzó como una forma de hacer un dinero extra se ha convertido en la actualidad en una de las empresas más pujantes de Sierra de Yeguas, en constante crecimiento y con las miras puestas cada vez más lejos de esta localidad de la comarca del Guadalteba. Su secreto: trabajar con una buena materia prima y darle el mejor tratamiento posible, aunque suponga un mayor coste. “Si quieres mantener la calidad tienes que hacerlo así”, asegura el gerente de El Tío de las Papas.
¿Cómo y cuándo nació el proyecto de El Tío de las Papas?
Nació hace 25 años. Veíamos que en un pueblo cercano, en Campillos, hacer patatas caseras, que se estaba haciendo estacionalmente, los veranos, tenía mucho éxito. Yo tenía inquietudes empresariales y me puse manos a ello. Hablé con el Ayuntamiento, pedí un puesto en el Mercado de Abastos y comenzamos a freír por las tardes, con una inversión de 15.000 pesetas. Pusimos un perol y un extractor.
Aquello con el tiempo se quedó pequeño. No dábamos abasto para hacer todas las patatas que queríamos e hicimos otra inversión con mi cuñado. Pusimos un perol más grande y una máquina más grande como la de los feriantes… pero también poco a poco se quedó pequeño. Al principio sólo freíamos los veranos, pero después empezamos a hacerlo todo el año, pero sin dejar nuestros trabajos. Mi cuñado trabajaba en el campo y yo estaba en una ganadería, y por las tardes y los fines de semana trabajábamos en esto. Era un dinero extra y lo que ganábamos lo usamos para invertir y tener máquinas mejores y comenzamos a buscar un local.
¿Cómo fue el salto a las actuales instalaciones?
Fue hace 13 ó 14 años. Del Mercado de Abastos nos fuimos a una nave de alquiler. Estuvimos cinco años. Cuando el Ayuntamiento comenzó a hacer el Polígono Industrial nos fuimos a un terreno que nos vendieron y otra parte la compramos a un vecino que lindaba con los suyos. Y como era constructor le propusimos también que además de comprarle el terreno nos hiciera la nave. Y así comenzamos en las instalaciones en la que estamos actualmente.
Desde cuando empezó a la actualidad, ¿cuánto ha crecido la producción?
Empezamos a freír diariamente unos 25 kilos de patatas y actualmente estaremos en unos 5.000 kilos de patata cruda. Fritas pueden ser unos 1.400 ó 1.500 kilos diarios, dependiendo de la productividad de la patata. Al año podemos hacer más de 300.000 kilos en los diferentes formatos que tenemos.
Desde que llega la materia prima hasta que se empaquetan las bolas, ¿cómo es el proceso de producción?
Cuando llegan las patatas se vacían en una tolva y pasan a una máquina para quitar las piedras, tierra y se le inicia el lavado; de ahí pasan a dos peladoras. Después caen a unos recipientes con agua y van pasando por una cinta para ir inspeccionando para quitar las que están peor, las que están más verdes… se quita todo lo malo que puede haber; caen a la cortadora y hay una cinta que la lleva hasta las freidoras.
Ahí se produce el proceso de factura según la materia prima. Cae después a unos centrifugadores para quitar el aceite sobrante y dejarla bien escurrida. A continuación pasan a una cinta donde se van quitando las que están muy quemadas y se le va añadiendo la sal. Una vez sazonada van a la envasadora, en función del formato que queremos hacer en ese momento: 60 gramos, 150, 250, de kilo…
Patatas fritas hacen muchos productores, ¿cuál es el secreto para diferenciarse de la competencia?
Usamos un buen aceite de alto oleico. Trabajamos con una temperatura bajita y no echamos mucha patata a la vez en la freidora. No la saturamos para que tengan un frito compacto y homogéneo y no haya patatas apelmazadas en el perol.
La freidora está en todo momento muy cuidada. La limpiamos constantemente para que no queden posos y le cambiamos el aceite periodicamente para que no tengan muchos peróxidos. Suelen tener un nivel de 10 cuando le ley permite el doble. Todo eso cuesta dinero, pero también hace que la patata tenga el mismo sabor y que sea un producto constante. Si quieres mantener la calidad tienes que hacerlo así.
¿Cuando empezó friendo patatas en el mercado de abastos de Sierra de Yeguas se imaginaba que hoy en día estaría pensando en cómo llegar a localidades más lejanas de Sevilla o incluso a la provincia de Cádiz?
Cuando empecé pensaba que tenía futuro. Aunque empecé cortando con una tablita, friendo las patatas en un perol pequeño… pensaba que había posibilidad de hacer buen negocio. Yo me veía futuro en esto. Y ahora trabajo tengo y comemos de esto. No sabemos donde vamos a llegar.
¿Dónde se pueden encontrar hoy en día los productos de El Tío de las Papas?
En Málaga, en toda la provincia están nuestros productos y en grandes superficies estamos en Carrefour, Maskom y en los supermercados de El Corte Inglés. Y distribuimos en Cádiz capital, en Jerez, Algeciras, Tarifa… Por Sevilla también estamos en la capital y por la propia: Utrera, Osuna… Y trabajamos con pequeños distribuidores para la hostelería en Córdoba. Poco a poco vamos copando Andalucía.
Este año nos hemos puesto como objetivo llegar más a Cádiz. Allí tenemos un par de distribuidores que cuenta con sus naves para hacer una distribución más fuerte desde allí. Y en Sevilla pensamos hacer igual. Pero nunca sin dejar de mirar a la provincia de Málaga, que es nuestro referente.
Empezó friendo patatas fritas, pero hoy en día ya cuenta con una mayor variedad de productos…
Tenemos varios ‘snack’ como son las ruedas, corteza de trigo, ‘cocktail’, palomitas, patata light y ahora hemos metido una línea de cucuruchitos que están teniendo mucho éxito. Y patatas de sabor ajo y perejil y de jamón. La gente también nos dice que están muy buenas. Posiblemente comencemos a trabajar dentro de poco con ‘snack’ en pequeño formato.
Desde que empezó hasta la actualidad, ¿cómo ha crecido la plantilla?
Éramos dos y ahora somos unos quince, más otros dos autónomos. Y ojalá pudiera crecer más. Hay mucha gente que viene pidiendo trabajo. Somos un pueblo pequeño y no somos muchas empresas. Si conseguimos uno más al año y procuramos que sean de diferentes familias para que hayan ingresos en más casas.
Y además de generar empleo también es una empresa preocupada por reducir el consumo energético…
Sí. freímos con hueso de aceituna. Cambiamos hace tres años los quemadores de la freidoras para usar biomasa como combustible. Era de los que pensaba que no se podía conseguir, pero he visto que sí. Vinieron unos jóvenes y apostaron por esta forma de combustible. Y me convencieron de que se podía hacer. Se tiraron un año haciendo pruebas con una freidora vieja.
Probamos y consiguieron que los quemadores tuvieran una temperatura estable. Y ahora, además de ahorrar gasoil, ahorramos en energía y somos menos contaminantes.
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