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8 mayo 2024
17:53 CET
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Antonio Díaz, promotor del Museo de Arte Belenista de Mollina: “Muchos se imaginan que es un sitio con figuritas de Navidad; aquí estamos hablando de arte”

Antonio Díaz belén madera Museo Arte Belenista
Antonio Díaz, junto a un belén elaborado en una sólo tacha de madera, del Museo Arte Belenista
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Quien más y quien menos ha montado alguna vez un belén en su casa. Ya sea modelos más clásicos de materiales como barro o porcelana, o las típicas figuritas de plástico, entre musgo artificial y casas de corcho y con el no menos clásico papel de aluminio haciendo de río. Pero en esta tradición hay personas que han sabido, con su talento y dedicación, elevar su trabajo a la categoría de arte. El museo que abrió sus puertas hace dos años en Mollina se ha convertido en un epicentro no sólo andaluz, sino también nacional, que aglutina más de 70 belenes y unas 2.000 figuras, gracias al mecenazgo de la Fundación Díaz Caballero, que lidera el empresario Antonio Díaz y su familia. Los objetivos: por un lado, difundir el arte belenista, con sus miras puestas en la Unesco; por otro, consolidar este espacio como un atractivo turístico más de la comarca de Antequera.

Se van a cumplir dos años de la apertura del Museo Internacional de Arte Belenista de Mollina, ¿cuál es su balance?

Es positivo, aunque echo en falta que todavía no se haya conseguido que el público sepa que el museo está abierto todo el año. El que lo ha visto sabe dónde está, pero las personas que no han pasando por aquí se imaginan que es un sitio con belenes de Navidad, sus figuritas… y aquí estamos hablando de arte.

Nos han visitado en estos dos años más de 100.000 personas, pero se debe dar más a conocer para que la gente sea consciente de que el museo más grande del mundo de temática belenista lo tenemos en Andalucía, en la comarca de Antequera.

¿Cómo empezó su acercamiento al mundo de los belenes?

Fue algo que no se buscó. Se iba a hacer una fábrica de aceite, en la que se iba a instalar un belén y de eso se ha llegado a lo que hoy es el museo. Como dice el refrán: “No hay mal que por bien no venga”. Los problemas que tuvimos durante más de ocho años, con el proyecto parado, con procedimientos administrativos, hizo que durante todos esos años tuviéramos más tiempo para ir conociendo a escultores y belenistas de todo el mundo, sobre todo de Italia y de España.

¿Cuál es la pieza o diorama al que le tiene más cariño?

Cada uno tiene su historia. Tenemos desde piezas superrealistas en las que se ha trabajado hasta el más mínimo detalle, como las hechas por Ángela Tripi, José Luis Mayo o José Ángel García… a escultores más vanguardistas como Ignacio Fernández, de Creaciones Tula. Todas son bonitas: las que tienen un estilo como las que tienen otro. Igual pasa con los belenes. Los hay minimalistas, muy sencillos, y sin embargo tienen un encanto especial, y otros han tenido años de trabajo.

Diorama de Josep Font

En general, los montajes que hay aquí son hechos por belenistas que son artistas. Hicimos una selección de quienes son los escultores y los belenistas que se iban a exponer. Belenistas en el mundo puede haber muchos, pero el grupo de los extraordinarios puede ser de 30 o 40 en todo el mundo.
Los belenistas trabajan los materiales, las perspectivas, la iluminación… y hay métodos para aprender las técnicas, pero con eso también hay que nacer. Que a alguien se le ocurra montar una calle derruida por una guerra y que poner un misterio entre los escombros [como en uno de los dioramas elaborados por Josep Font instalado en el recibidor del museo]… eso es tener imaginación.

¿Qué puede suponer para el museo y Mollina haber acogido la celebración del 57º Congreso Nacional Belenista?

Más que a Mollina, que si le ha repercutido a los bares y comercios, es a toda la comarca de Antequera. De hecho, para este congreso, los alojamientos estaban repartidos entre el Hotel Antequera y el Ceulaj de Mollina. Y los actos de inauguración y de clausura fueron en Antequera. No podemos hablar sólo de Mollina.

Belén instalado en el ‘hall’ central del Museo de Arte Belenista

Belenistas llevan tiempo abogando por la declaración de este arte como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Y una fecha que se baraja para lograrlo es el año 2023 ¿Cree que puede ser viable?

Nos encantaría que fuera para esa fecha [coincidiendo con el octavo centenario del primer belén viviente organizado por San Francisco en un bosque de Greccio, en Italia] y si es antes mejor. Es una petición a nivel mundial, pero los que más están trabajando para ello son italianos y españoles. Estamos recibiendo muchos apoyos de ayuntamientos, las comunidades autónomas, otras instituciones… pero es un tema que se sabe cuando empieza, pero no cuando se acaba.

¿Se puede promover una asociación belenista en la comarca de Antequera para sumarse al impulso de esta tradición?

En Antequera, más que una asociación, ya existe la Hermandad Belenista El Nacimiento. Nosotros pertenecemos a ella. Y en Málaga hay una asociación que se constituyó hace poco tiempo, pero que ha empezado fuerte.

¿Cree que el congreso que se acaba de celebrar puede ayudar a promover esta tradición?

Más que el congreso, esperemos que el museo en sí. Puede convertirse en un sitio para la divulgación del arte belenista y de esta tradición. Hay asociaciones que lo fomentan más entre la juventud y otras que menos, pero el belenismo es muy sacrificado. No se vive de esto y es una afición que requiere mucho tiempo y dedicación, quitando tiempo a la familia.

Antonio Díaz montaje recibidor Museo Arte Belenista
Díaz, contemplando uno de los montajes del museo que puso en marcha hace dos años
clave económica cartel
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