¿Qué balance hace de este último mandato?
Indudablemente bastante positivo. Somos un equipo de Gobierno con uno de los alcaldes más jóvenes de Andalucía y de España y siete concejales tienen 30 años o menos. Hemos trabajado bien y fuerte con líneas claras. Ha sido una de las legislaturas más intensas. Las palabras fundamentales que han marcado estos cuatro años han sido dos: aprendizaje y unión, que hemos conseguido tener en nuestro foro interno y con la ciudadanía.
¿Cuál ha sido el momento más duro?
Sin lugar a dudas, las inundaciones. Todas las circunstancias que amenazan al municipio, la gestión municipal las podía mitigar. Sin embargo, las inundaciones superaban nuestro ámbito de actuación, las posibilidades que nosotros teníamos y fueron evidentemente un mal causado a un porcentaje de tebeños muy grande. Quizás eso ha sido lo más duro: estar amenazados por una catástrofe que poco podíamos esperar y, sobre todo, ponernos manos a la obra para intentar mitigarla.
Hay otros problemas que son comunes a otros municipios; pero esos, en cierta forma, se pueden resolver con el tiempo y no son tan de vida o muerte. Pero lo de las inundaciones no estaba en nuestras manos.
De los proyectos sacados adelante, ¿cuáles destacaría?
Hay varios. La reactivación del plan director de la rehabilitación del Castillo de La Estrella es uno de ellos. Como también el arreglo de las carreteras que van a Cañete La Real y a Almargen, o el Camino de la Pilas. De lo que más orgulloso me siento es de tres aspectos de nuestra hoja de ruta: el primero ha sido la recuperación del patrimonio histórico, el segundo es la mejora de las infraestructuras hídricas del municipio y en tercer lugar la política de vivienda, con la urbanización de la calle Cádiz y la salida que se le ha dado a las diez viviendas y al colegio de Primaria. Son tres políticas que hemos iniciado y en las que hemos invertido mucho dinero, y que supone el inicio de un camino al que le queda recorrido.
¿Qué proyectos han quedado pendientes?
Hay un proyecto encima de la mesa. Aunque realmente tenemos para la financiación, no hemos podido hacerlo, no porque el Ayuntamiento no hubiera querido. Es el punto de información turística, que vemos más que necesario.
Otra gestión que denota un poco la dejadez por parte de Endesa, sobre la que hemos luchado y batallado hasta el final, es el tema de la legalización del segundo transformador del Polígono Industrial. Hemos hecho una apuesta decida. Se está rematando la última parte, pero de los dos transformadores que deberían estar en funcionamiento sólo hay uno: el otro llevamos desde junio de 2015 con reuniones y se nos ha quedado pendiente.
¿Hacia dónde considera que debe mirar Teba en el futuro?
Fundamentalmente hay dos salidas. Teba se está convirtiendo en una referencia en lo que supone la dignificación del patrimonio histórico. Y muy ligado a ello está la mejora de todas las infraestructuras turísticas, sobre todo de turismo activo y de naturaleza. Hemos hecho un grandísimo esfuerzo y lo seguimos haciendo para la instalación de vías ferratas, habilitación de senderos, puesta en valor y mejora del museo histórico y las excavaciones arqueológicas que hemos planteado, como la del Castillo de La Estrella. Eso hace que el pueblo haya mejorado y hemos visto una salida fundamental.
Ojalá que todas las inversiones hechas desde el punto de vista turístico que se están realizando puedan ser vertebradas en una Mesa del Turismo, que también hemos creado, y que tengan una repercusión. Se han instalado diversas empresas de turismo activo en los últimos meses y estamos bastantes contentos. Ese es el camino fundamental que tiene un pueblo como Teba: su patrimonio histórico y sus ricos paisajes.
