En septiembre de 2015, en el El Tío de las Papas tomaron una decisión: sustituir el gasóleo por huesos de aceituna como combustible para calentar el aceite alto oleico donde elabora sus patatas fritas y aperitivos. El cambió y sorprendió por sus buenos resultados en el proceso de producción, pero también ha contribuido a que esta esta empresa de Sierra de Yeguas sea menos contaminante.
Y es que, en estos más de cinco años y medio se han usado más de 1,12 millones de kilos de huesos de aceituna como biomasa, provocando dejar de usar litros y litros de gasóleo equivalente como para dejar de emitir un total de 1.574 toneladas de CO2 a la atmósfera. O lo que es lo mismo, lo que llegan a contaminar unos 274.000 coches en un día de circulación o la capacidad que tienen de absorción hasta 80 millones de árboles.

Esta apuesta por la biomasa del Tío de las Papas se produjo tras unas conversaciones con un grupo de jóvenes especializados en este tipo de combustibles. Los estudios que realizaron en su día en las instalaciones haciendo pruebas con una de las freidoras, demostraron que los quemadores podían mantener una temperatura estable y no mermaba la calidad de aceite y, por lo tanto, de las patatas fritas y aperitivos que elaboran.
Buscando el menor impacto medioambiental
El uso del hueso de aceitunas como combustible no es la única medida que se tomó en su día esta empresa para reducir la huella ecológica de sus productos, ya que el pasado verano se instalaron 50 placas fotovoltaicas para la generación de energía eléctrica, en la cubierta de su nave en el Polígono de Sierra de Yeguas.
“Esta es una apuesta de nuestra empresa por poner nuestro grano de arena en el cuidado del medio ambiente. Esto es cosa de todos y en esta empresa estamos muy concienciados en ello”, señala el gerente de El Tío de las Papas, Manolo Conde.