En 1988, Francisco José Romero decidió dar un giro empresarial y apostar por el sector de la cerámica. No fue un cambio fácil, pero como asegura, “todo se consigue a base de trabajar”. Y tanto ha sido ese empeño que Anazul, cuyas instalaciones se encuentran la carretera A-343, se ha convertido en todo un referente no sólo en Antequera en la comercialización de azulejos, línea principal de negocio centrada especialmente en particulares, a la que se le suma la venta de material de baño y construcción, en determinados productos.
¿Qué balance hace después de estos 35 años?
Un balance muy positivo tanto en Antequera como en la comarca. Muy contento y satisfecho de haber servido a toda la comarca. Además, con el orgullo de tener de la mejores fábricas que hay ahora en el sector. Y gracias a ello, y a la atención que se le ha dado al público, ha sido nuestro éxito.
Dada la alta competencia que hay en cualquier mercado, ¿considera esa atención personalizada una de las principales claves para la supervivencia empresarial?
Esa atención personalizada es fundamental. En nuestras instalaciones no sólo despachamos: asesoramos al cliente desde que empieza su obra hasta que la termina. Se la aconseja: esa es la clave
Después de más de tres décadas, la empresa ya ha tenido que superar más de una crisis económica vivida, ¿cómo se ha sobrevivido a esos periodos, especialmente una que afectó tanto al sector como fue el ‘boom inmobiliario’?
La crisis de 2008 fue tremenda. Nos afectó como a todo el mundo, pero tuvimos suerte de salir casi indemnes de ese momento.
¿Qué es lo que más costó?
Aquilatar los gastos y volver a empezar en algunas cosas, como todos tuvimos que hacer. Pero al final se sale de todo. Son ciclos. Tras el 92 también hubo otra crisis, pero salimos también, como en la de la Covid.
Después de superar una crisis inmobiliaria, para una empresa como esta, cuando llegó la pandemia se tuvo que ver de otra forma.
Sí. La experiencia siempre ha sido un grado. Es nuestro tesoro.
Esa experiencia también les permite afrontar de otra manera un mercado tan cambiante con influencias de una u otra moda.
El mercado de la ceramica esta en una evolucion constante. En Europa tenemos dos ferias muy importantes. Una en Bolonia, en Italia, y en Valencia. Este sector es muy dinámico. Todos los años hay cosas nuevas, diseños diferentes… y este es uno de los atractivos que tiene este sector.
¿Y ese dinamismo también tiene influencia en una localidad como Antequera y su entorno o es fundamentalmente en Málaga y el resto de la Costa del Sol?
El interior siempre ha sido más clásico. Pero, al final, siempre llegan las tendencias, como en todos lados. Nosotros las ofrecemos e intentamos que tanto en la costa como en el interior vayamos a la par.
En esa evolución del mercado, ¿qué es lo que ahora se demanda más por parte del público?
Es un negocio muy cambiante y antes se optaba por diseños más recargados y ahora se piden líneas más rectas, más sencillez, y minimalista… esa es la tendencia. Hace 25 años se demanda más tipo mármol, se dejaron de demandar y ahora vuelve ese tipo de cerámica que imita al mármol. Son ciclos, aunque hay clásicos que imitan a la naturaleza, como la piedra o la madera, que esos siempre van a estar. Lo que pasa es que hay momentos en los que se demandan más y otros en los que se demanda menos.
Esa tendencia por la sencillez, ¿es influencia de otros sectores como el de mueble, donde se está apostando por el diseño de empresas que llegan desde países nórdicos?
En nuestro sector, quien marca la pauta son los italianos, como en la moda a la hora de vestir. Ellos van marcando las tendencias
¿Incluso por encima de la fuerza que ha tenido el sector en el levante español?
Allí son sobre todo fabricantes, que somos los número uno del mundo. Pero en diseño, no cabe duda, que Italia va por delante y van marcando la pauta.
Y en el caso de Antequera, siendo una ciudad con esa historia, la influencia del barroco, las casa señoriales…. ¿se demandan más los diseños más tradicionales respecto a las novedades?
No, especialmente. Al final la gente acaba acostumbrándose como en todos los mercados. Hay modas y el publico va buscando en Internet las tendencias en la decoración.
¿Están notando la influencia de las redes sociales?
Por su puesto. En casa han visto en Internet las últimas tendencias y después vienen y quieren comprar lo que han visto. Hay gente que viene y te enseña el móvil y te dice: ‘Más o menos así’. Ya vienen con una idea de lo quieren.
En el caso de las casas señoriales como las que hay en Antequera tenemos también ese producto para ese tipo de vivienda. No deja de existir y, además, no debe dejar de existir porque eso es nuestro, y siempre tiene que estar.
¿Y es difícil encajar esa petición del cliente, con lo que ha visto en Internet, respecto a lo que finalmente se hace?
Para eso estamos nosotros. Para orientar a ese cliente y no sólo venderle, sino asesorarle. El mundo de la cerámica es como una ‘boutique’. No es ir a una tienda y comprar lo más barato. Hay que organizarlo para que todo quede armonioso y al gusto del cliente.
Más allá de Antequera y su comarca, ¿cuál es el radio de Anazul?
Hemos vendido en toda España. También a Estados Unidos y a países como Reino Unido, Alemania, Países Bajos…
¿Y cómo surgieron esas oportunidades de externalización?
Por conocimiento de personas en ferias. Y por la exposición que tenemos en Málaga. Concretamente las ventas a Estados Unidos fue gracias a la exposición.
¿Cuántas personas conforman el equipo de Anazul actualmente?
Cinco.