Espacios de gran tránsito de vecinos y turistas como la plaza de San Sebastián o la plaza de San Francisco, en pleno Centro Comercial Abierto de Antequera, cuentan desde hoy con desfibriladores, conectados con el Servicio de Emergencias 112, para el asesoramiento al usuario en el caso de que tenga que usar del dispositivo.
La conexión se produce cuando se abre y se extrae el aparato. En ese momento, técnicos del 112 corroborarán si es realmente una emergencia real para activar el protocolo. Además, al estar los desfibriladores geolocalizados, los sanitarios sabrán dónde dirigirse directamente.
Para prevenir robos de estos aparatos, se ha instalado una alarma antibandalismo, que sería igualmente la primera señal de que se está utiizando el dispositivo, tal y como ha señalado el concejal de Programas Sociales y Cooperación Ciudadana, Alberto Arana, durante la presentación de los desfibriladores.
El Ayuntamiento también ha instalado otro aparato en la plaza Castilla, al que hay que sumar los cinco dispositivos móviles que ya disponen la Policía Local y Nacional y Protección Civil para sus vehículos, como los etregados en la última Real Feria de Agosto de Antequera.
“Antequera se sitúa en la vanguardia, pero no por ser más o menos que otras ciudades, sino por preocuparnos. Por querer lo mejor para nuestros ciudadanos, dentro de nuestras posibilidades”, ha comentado el alcalde Manolo Barón.
La instalación de estos desfibriladores es una medida llevada a cabo en colaboración con el Área Sanitaria Norte de Málaga y la plataforma Corazones Solidarios, que trabaja para hacer de Antequera una “ciudad cardioprotegida”. De hecho, con tal fin ya se han desarrollado en el Hospital Comarcal cursos básicos formativos en Reanimación Cardiopulmonar para profesionales de la Policía Local, del Cuerpo Nacional de Policía y voluntarios de Protección Civil.
En este sentido, desde el centro sanitario también se quiere hacer extensible esa formación al resto de la población. Para ello han creado el correo electrónico antequera32@gmail.com, para que las entidades y personas interesadas en hacer un tallar puedan realizarlo.