El fallecimiento de tres jóvenes en el verano del año 2000 al usar una antigua tirolina en el Caminito del Rey, que no aguantó su peso, sumando así un nuevo suceso a otras muertes trágicas que se venía produciendo años atrás, llevó a la Junta de Andalucía a cerrar el acceso al sendero que transitaba por las paredes del Desfiladero de los Gaitanes, creado casi un siglo antes para el paso de los operarios de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro y para el transporte de materiales de construcción de la presa del Conde del Guadalhorce. Esta prohibición, sin embargo, no disuadió a amantes del senderismo y de la escalada que seguían llegando en siglo XXI a este enclave entre los términos municipales de Árdales, Álora y Antequera, atraídos por los paisajes del que es el espacio natural protegido más amplio de Málaga y unas vistas únicas de la garganta generada por el río Guadalhorce a lo largo de miles de año.
Un patrimonio natural -e industrial- demasiado sugerente y cautivador, pero también expuesto a continuos incidentes, de ahí que, a penas unos años después ya se hablará de una restauración y puesta en valor que permitiera sumarlo al catálogo de recursos turísticos de la provincia y, con ello, dar un nuevo impulso a los municipios de su entorno.
“El Caminito del Rey era un sueño y un reto a partes iguales. Lo que durante años fue un símbolo del peligro y del abandono, quisimos transformarlo en un icono de recuperación, de orgullo y de desarrollo turístico sostenible”, recuerda a Clave Económica Elías Bendodo, diputado nacional del PP y presidente de la Diputación de Málaga entre 2011 y 2019, quien admite que desarrollar el proyecto de rehabilitación “tenía una parte de locura”, pero que ha terminado siendo “una historia de éxito reconocida dentro y fuera de España”.
Con el paso del tiempo, las conversaciones entre la Administración autonómica y el organismo provincial -durante los años, con gobiernos de diferente ‘colores’ políticos- fueron fraguando en una cooperación que no siempre -más bien pocas veces- se da. Una colaboración institucional a la que también había que hacer partícipes a los ayuntamientos del entorno -liderados por diferentes partidos- y la que se le terminó llamando el “espíritu del Caminito”, del que Bendodo no oculta su orgullo, por encima, incluso hacer la realidad la restauración: “No solo es un camino físico, es también una metáfora de lo que podemos conseguir juntos. Lo bautizamos así porque todas las administraciones, con independencia de quién gobernara, remamos por un bien común. Hoy más que nunca es necesario ese espíritu”.
Aunar esfuerzos y voluntades políticas sólo fue el comienzo del desafío. A la coordinación de competencias, financiación y permisos, estaba cómo desarrollar las actuaciones planificadas de la que no existían precedentes y en un entorno natural protegido. “Muchos veían el proyecto como una quimera”, admite el dirigente popular de una iniciativa que en la que se llevó a cabo un trabajo por parte de ingenieros, operarios y técnicos que califica de “impecable”. No en vano la rehabilitación fue reconocida en 2016 con el Premio ‘Europa Nostra’, el galardón más importante a nivel europeo en materia de patrimonio; así como en la X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de São Paulo, la XIII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, el Premio de Arquitectura del Archmarathon de Milán o el III Premio Nacional ‘Ciudad y Territorio Albert Serratosa’ del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y la Fundación Caminos.
Superando las expectativas desde el primer año
Después de un año de obras y tras una inversión de 5,5 millones de euros, el Caminito del Rey reabría oficialmente el 28 de marzo de 2015, con una previsión anual de algo menos de 200.000 visitas. La realidad superó unas expectativas “prudentes”, ya que ese mismo año se acercaron a las 230.000 y en 2026 fueron más de 300.000, cifra esta última que siempre se ha superado excepto en los años de pandemia de la Covid-19. “El Caminito no es un parque temático, sino un entorno natural con un aforo limitado. Las cifras demuestran que el interés ha ido creciendo año tras año, con visitantes nacionales e internacionales que vienen expresamente a recorrerlo. Eso confirma que es una marca turística mundial asociada a Málaga y a Andalucía”, apunta Bendodo.
A lo largo de sus primeros 10 años de vida en los que ha estado abierto -con la excepción de tres meses en 2020 en plena pandemia de la Covid-19-, son casi 3 millones de visitantes los que lo han recorrido, de los que un 52%, según datos de la Diputación, son extranjeros, la gran mayoría de ellos proceden de tres países: Reino Unido, Francia y Alemania.
Este nuevo atractivo puso el interior en el centro de atención para muchos turistas extranjeros que antes llegaban buscando sol y playa, más allá de la oferta cultural y patrimonial de Antequera o Ronda. “Abrió la puerta a un turismo de aventura, de ocio activo y de naturaleza que ha animado a muchas de esas personas a conocer mejor el interior de la provincia. Y sabemos que, cuando lo han hecho, han quedado encantados y sorprendidos, porque muchos de ellos repiten”, asegura el actual presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, en su día diputado en esta institución al frente de Turismo y Planificación Costa del Sol.
Pero el Caminito del Rey no sólo funciona como complemento del turista que llega a la costa. También es capaz de atraer visitantes ‘per se’, afianzándose como uno de los mayores atractivos y señas de identidad de la provincia, por espacio natural donde está enclavado y por ser “un lugar lleno de historia, con un pasado apasionante”, con presencia humana en la zona desde la Prehistoria, su conexión el ferrocarril y la industria hidroléctrica. “Es un lugar que enciende el alma y que te conecta con la naturaleza”, subraya.
“Una revolución para la provincia”; un “subidón” para la economía local
Para el presidente de la Diputación, la puesta en valor de este sendero ha supuesto “una verdadera revolución para toda la provincia y, especialmente, para todos los municipios de su entorno”, al contribuir a dinamizar las economías locales, con el consiguiente impacto social.
Un informe en el que se analiza la evolución del entorno del Caminito del Rey en la última década indica que el número de alojamientos turísticos en los municipios de su entorno ha pasado de 210 a situarse en torno a los 900, multiplicando casi por dos el número de plazas en este tiempo, superando ahora ampliamente las 8.000.
En el caso de Ardales, este “subidón” turístico ha supuesto contar en la actualidad con más de 90 establecimientos, siendo dos tercios alojamientos rurales, donde hay 248 plazas más respecto a 2015, de las más de 1.200 con las que cuenta en la actualidad. Cifras que también acaban reflejándose en el empleo local, como por ejemplo, la treintena de personas que han trabajado este verano en el camping municipal.
“Ardales era un pueblo mayoritariamente agricultor y ganadero, y ahora podemos decir que la mitad de la población se dedica al turismo”, comenta a el alcalde Juan Alberto Naranjo, a quien también le gusta reivindicar no sólo el 10º aniversario de la restauración del Caminito del Rey sino también que se han cumplido 120 años desde se construyó “este espectacular paraje”.
Estos números en el sector han confirmado a esta localidad del territorio de Guadalteba como el Municipio Turístico que es desde 2022, además de contribuir a frenar la despoblación, manteniéndose la cifra de habitantes en los últimos años en torno a los 2.500. En conjunto, sumado los otros cinco municipios integrados en el proyecto SICTED Caminito del Rey, -Álora, Antequera, Carratraca, Campillos y Valle de Abdalajís- la población ha crecido en esta década un 1,2%, el número de empresas ha aumentado un 24%, las afiliaciones de la Seguridad Social se han incrementado en un 15,6% y la tasa de desempleo en la zona ha bajado un 11%. Además, en el organismo provincial, cuantifican la creación de unos 700 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, y sólo en 2024 el impacto económico alcanzó los 64 millones de euros. “El retorno de la inversión que realizamos es increíble”, subraya Salado.
Por su parte, para el alcalde de Antequera, Manolo Barón, la puesta en valor de este sendero -cuyo tramo final llega a este término municipal, tras cruzar el puente sobre el río Guadalhorce- ha supuesto un impulso turístico “de enorme valor”, reforzando la oferta de naturaleza y deporte, “complementando perfectamente el patrimonio monumental y cultural” de esta localidad. “Muchos visitantes que vienen al Caminito amplían su estancia y descubren nuestra ciudad, lo que se traduce en un incremento real del impacto económico y hostelero”, señala el primer edil antequerano.
Parte de esos turistas, los que buscan especialmente entornos naturales, tienen además, como apunta Barón, la posibilidad de disfrutar de otros destacados enclaves en la comarca, siendo el Caminito del Rey uno de los vértices de “un triángulo turístico natural”, junto al Torcal de Antequera y Laguna de Fuente de Piedra. “El Ayuntamiento ha sabido integrarlo en su estrategia turística y promocional, y el resultado es magnífico. Antequera se ha consolidado como un destino de referencia para quienes buscan naturaleza, cultura y calidad de vida”, incide el regidor.
Ampliación de un Caminito que espera la visita del Rey
Llegado a este décimo aniversario, en la Diputación trabajan para ampliar un sendero que actualmente tiene unos 7,7 kilómetros, habilitando un recorrido alternativo, en la parte final, que busca hacer “más atractiva y espectacular” la visita, con la instalación de un nuevo puente colgante de unos 110 metros de longitud, que será el más largo de estas características de España: estará situado a una altura máxima de unos 50 metros y pesará unas 17 toneladas. El coste de esta nueva infraestructura se ha cifrado en 1.250.000 euros y se sufragará con fondos generados por el propio recurso, que se deben aplicar a mejoras, como establece el canon de la concesión.
“Al final de la pasarela se acondicionarán senderos para completar el trayecto hasta la salida del recorrido, y con esta alternativa los visitantes se ahorrarán prácticamente un kilómetro de bajada de monte, que ahora se hacía por unos terrenos más escarpados. Pero quienes lo deseen podrán seguir utilizando el actual tramo final”, explican desde el organismo provincial.
Para Bendodo, “es lógico que, diez años después, se plantee dar un paso más, siempre con la misma filosofía: respetar el entorno, mejorar la experiencia del visitante y beneficiar aún más a los municipios de la zona”.
Una evolución que considera “natural” de un proyecto pionero que espera de nuevo la visita monárquica, que “cerraría un círculo precioso” según Salado, esta vez viendo recorrer a Felipe VI por los mismos puntos por donde lo hizo Alfonso XIII. La Diputación ya cursó en su día la invitación y el Ayuntamiento de Ardales lo ha vuelto a hacer este año, para que el jefe del Estado firme en el sillón del Rey “como lo hizo su bisabuelo”, como señala el primer edil.
Para Bendodo hubiera sido “una imagen histórica y muy simbólica”, especialmente en 2021 coincidiendo con el centenario de la visita que hizo Alfonso XIII para inaugurar la presa del Chorro; aunque aún en pandemia, los planes se trastocaron. Sin embargo, está convencido de que ocurrirá “más pronto que tarde”, pudiendo el jefe del Estado ver cómo este espacio “se ha transformado en un ejemplo de conservación, turismo y desarrollo rural”.
