La Diputación de Málaga ha aprobado el procedimiento para la contratación del proyecto Málaga no caduca, que tiene como fin el aprovechamiento del excedente de la comida elaborada sobre todo en el ámbito hostelero. Y para ello posibilitará que establecimientos del sector de la alimentación como los de comarca de Antequera puedan hacer donaciones en favor de Bancosol, para atender a personas en riesgo de exclusión social.
Los pliegos de esta iniciativa contemplan diversos servicios, como la recogida y distribución de las donaciones de alimentos, acciones para favorecer la inserción sociolaboral y actuaciones para luchar contra la soledad no deseada, a desarrollar durante un plazo de cinco años, con el objetivo de llegar a unas 40.000 personas en situación de vulnerabilidad. Y para ello, el organismo provincial ha reservado 10 millones de euros.
“Iniciamos el camino para convertir en realidad este innovador sistema colaborativo con el que queremos abordar uno de los retos más importantes de nuestra sociedad. De esta forma, la Diputación de Málaga volverá a convertirse una vez más en referente de innovación en el ámbito social”, explicó el presidente del organismo, Francisco Salado, en la presentación del proyecto, junto a la vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial, Antonia Ledesma; el portavoz del PP, Cristóbal Ortega; la viceportavoz del PSOE, Antonia García; el portavoz de Vox, Antonio Luna; y el portavoz de Con Málaga, Juan Márquez.
Contrato de impacto social
La contratación de los servicios de Málaga no caduca fue aprobada en el último pleno de la Diputación. El pliego de prescripciones técnicas se publicará próximamente en la Plataforma de Contratación del Sector Público y en el Diario Oficial de la Unión Europea, estableciéndose un plazo de presentación de ofertas de 30 días naturales,
“Confiamos en que a finales de enero o primeros de febrero podamos poner en marcha este proyecto, uno de los hitos de este mandato. Estoy convencido de que será un éxito. Un éxito colectivo, porque quiero resaltar que contamos con la participación y el apoyo de la Universidad de Málaga, la Junta de Andalucía, la Confederación de Empresarios, el Banco de Alimentos y colectivos como el hotelero [AEHCOS] y el hostelero [MAHOS]”, subrayó el presidente de la Diputación.
El proyecto de Málaga no caduca se llevará a cabo como un contrato de impacto social -el primero que se hará en España en este ámbito-, en el que el pago se hace en función del éxito y de los resultados obtenidos. “Es una manera de aportar soluciones diferentes e innovadoras a un problema social, haciendo cosas diferentes a las que se hacen hasta ahora y con la alianza y la implicación de entidades públicas, privadas y sociales para financiar y ejecutar las actuaciones”, explicó Salado.
El proyecto se gestionará a través de una plataforma tecnológica que pondrá en contacto a todos los intervinientes: administración pública, sector privado y beneficiarios, todo ello con la participación también de Bancosol. “Estoy convencido de que será un ejemplo de que la colaboración entre instituciones, entidades privadas y organizaciones sociales nos ayuda a construir una provincia mejor, más justa e igualitaria”, concluyó el presidente de la Diputación de Málaga.
