En un mercado cada vez más exigente, pocas empresas familiares han logrado mantener un equilibrio tan sólido entre tradición y modernización como Grupo Sancho Melero, la histórica firma antequerana dedicada a la elaboración de dulces navideños, galletas y comercialización de productos de repostería y confitería.
La compañía, que cerró 2024 con cerca de 38 millones de euros de facturación, ha demostrado un crecimiento sostenido durante los últimos años. De hecho, las previsiones para la campaña navideña 2020-21 era de unos 9,6 millones. Esta evolución ha sido posible ampliando cuota de mercado, reforzando su presencia en las principales cadenas de distribución del país y diversificando su catálogo hasta convertirse en un operador relevante no sólo en Navidad, sino también en el sector de la confitería y repostería disponible durante todo el año.
Le avalan 77 años ni más ni menos de historia y experiencia. Con esa actividad bajo el brazo, la compañía vive actualmente uno de los momentos más significativos de su historia: su consolidación definitiva como uno de los tres mayores fabricantes de dulces navideños a nivel nacional y la culminación de un proceso de transformación empresarial que la ha preparado para competir dentro del mercado de la industria alimentaria con argumentos.
Esta trayectoria no sólo refleja su adaptación a las nuevas demandas del consumidor, con la elaboración de diversos sabores -algunos tan poco habituales como el mango o el plátano- y tamaños, como sus minimantecados de tiramisú o tarta de queso -formato también ampliado al de mantequilla-; sino también el resultado de un proyecto empresarial que ha sabido identificar el valor estratégico de profesionalizar todas sus áreas operativas, apostar por la innovación y, sin renunciar a sus raíces, proyectar la marca Antequera en el ámbito nacional e internacional.
Si el volumen de negocio de 2024 da una idea clara del tamaño del grupo, su estructura laboral aporta otra perspectiva relevante. La empresa cuenta con unos 86 trabajadores fijos, una cifra que refleja la estabilidad de su actividad durante todo el año, incrementado el número a unos 120-125 empleados totales en campaña navideña, donde la producción se multiplica para atender la demanda propia del momento.
El recorrido de Sancho Melero representa uno de los casos recientes más sólidos de cómo una empresa de origen local puede evolucionar hacia un proyecto industrial moderno sin perder su raíz cultural ni su compromiso con el territorio.









