La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal internacional dedicada a la sustracción de vehículos de alta gama en varios puntos de España y que eran modificados en una nave industrial de Campillos, para su posterior venta en el mercado de segunda mano en otros países europeos. En la operación, llamada Sauce 21, fueron detenidas 9 personas, mientras que para otras 8 pesan órdenes de búsqueda y detención nacionales e internacionales, y 2 más están siendo investigados, según ha informado en un comunicado.
A esta banda, formada por personas de diversa nacionalidad, se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza de vehículos, robo con fuerza en las cosas, falsedad documental, daños, blanqueo de capitales y receptación, llevado a cabo en las provincias de Alicante, Granada, Málaga, Madrid, Sevilla y Valencia.
La operación Sauce 21, que se ha llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Guardia Civil de Málaga y el Grupo ROCA de la Compañía de la Guardia Civil de Antequera, se inició en febrero de 2021, ante las sospechas que había sobre la actividad que se estaba realizando en una nave del Polígono Industrial de Campillos.
Con la investigación se pudo conocer que en el interior de la instalación había varios coches que estaban siendo manipulados, por lo que se efectuó un registro, siendo incautados hasta 7 vehículos de alta gama, que habían sido robados. Y tras analizar la documentación encontrada, se comprobó cómo esta organización asentada en Málaga sustraía los coches en diversas partes de España, especialmente en la Costa del Sol, y los trasladaba hasta esta nave de Campillos, para colocarles nuevos números de bastidor, tanto en el chasis, con moldes fabricados, como con pegatinas grabadas. “También tenían pegatinas falsificadas con distintos datos de fabricación, idénticas a las originales y distribuidas en distintas partes del vehículo. El número de bastidor era modificado también en el ordenador de a bordo del vehículo auxiliándose para ello de softwares pirateados, con el propósito de burlar las distintas diagnosis a las que pudieran ser sometidos durante el traslado al país de destino, en talleres mecánicos y en las estaciones de ITV del país donde pretendían obtener la matriculación”, ha explicado la Benemérita en la nota.
Una vez manipulados los vehículos, se trasladaban hasta Austria o Bélgica, países donde obtener una matriculación temporal gracias a la nueva identidad, para posteriormente ser puesto a la venta en el mercado de vehículos de segunda mano en páginas web especializadas.
Según la Guardia Civil, esta organización estaba dirigida desde España por una pareja que estaba viviendo en Málaga y que había organizado “estructura criminal perfectamente jerarquizada, interrelacionada y con una especializada distribución de tareas y roles” entre sus integrantes: 11 rumanos, 4 españoles, 3 marroquís y 1 sueca. Todos ellos estaban asentados en diversos puntos de España, Austria y Bélgica; por lo que, debido también a la trascendencia a nivel internacional de esta organización, se puso en conocimiento de la operación Sauce 21 a EUROPOL, requiriendo información a 11 países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Francia, Hungría, Italia, Polonia, República Checa, Rumanía y Ucrania) para obtener indicios y pruebas para las imputaciones de los distintos delitos, ahora en manos del Juzgado de Instrucción número 4 de Málaga.
