A comienzos de septiembre, parte de la comarca de Antequera se vio afectada por una granizada cuyos destrozos no sólo fueron evidentes en los cascos urbanos, sino también en fincas agrícolas. Según los cálculos de Asaja Málaga, aunque las precipitaciones fueron muy localizadas, alcanzaron a más de 3.000 hectáreas, sobre todo en la cabecera y en Fuente de Piedra.
Precisamente en este último municipio, al igual que en torno a la pedanía antequerana de Bobadilla o Mollina, se vieron especialmente explotaciones dedicadas a la aceituna de mesa. “Después de una casi inexistente primavera y unas cortas lluvias de final de verano”, las precipitaciones caídas en forma de granizo han imposibilitado recoger parte de la recolección hasta el momento, como señaló ayer el presidente de esta asociación agraria, Baldomero Bellido, en la XVII Jornada Técnica del Olivar.
Debido a estas situaciones climatológicas la producción se va a ver mermada sobre todo en la provincia de Málaga. Y es que, cuando las expectativas de cosecha para Sevilla descienden sólo en un 10% e incluso en Córdoba crece respecto al año anterior, en Málaga la previsión es de un descenso del 25%. “Hay cooperativas que saben que no van a poder llenar, están intentando hacer algo porque los costes de mantenimiento tienen que soportarlos y se llevan bien entre más kilos”, comentó Bellido a los medios de comunicación.
A nivel económico, desde la entidad admiten que es difícil cuantificar las pérdidas a corto plazo, ya que parte de la aceituna de mesa afectada por las precipitaciones se va a poder aprovechar para la elaboración de aceite. Sin embargo, las que cayeron al suelo directamente -en Asaja Málaga tienen constancia de ha habido explotaciones donde las precipitaciones han dejado más de la mitad de la cosecha en la tierra- ya no se pueden usar siquiera para molturación. Y a ello, hay que sumar otro factores a la hora de poder cuantificar las pérdidas como el daño que la fuerza con la que cayó el granizo haya hecho en el propio olivo o el sistema riesgo.
Pese a ello, desde Asaja consideran que la campaña ha arrancado con buenas expectativas, “puesto que en países importantes de la cuenca mediterránea ha habido un descenso importante producción, como es el caso de Grecia y, sobre todo, Egipto, que se estaba convirtiendo en un importante competidor”, relató Bellido.
